sábado, 25 de junio de 2011

La reforma de la ley electoral, siempre queda pendiente. Es necesario reformar la constitución española de 1978.

El PSOE pagará electoralmente las consecuencias de no haber procurado la reforma.


Tal y como está la situación actual (ni PP ni PSOE están por la labor) esta reforma, tantas veces prometida en los programas electorales por todos los grupos políticos, no se va a llevar a cabo nunca, salvo que el pueblo acometa una revolución social tan importante que se cuestione la propia constitución.

El Título II de la Ley orgánica electoral, contiene las disposiciones especiales para la elección de Diputados y Senadores. En él se recogen escrupulosamente los principios consagrados en la Constitución: la circunscripción electoral provincial y su representación mínima inicial, el sistema de representación proporcional y el sistema de inelegibilidades e incompatibilidades de los miembros del Congreso de los Diputados y del Senado.

La constitución española recoge en su artículo 68 sobre: el congreso: composición, las elecciones:

1. El Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 Diputados, elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, en los términos que establezca la ley.

2. La circunscripción electoral es la provincia.

Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas cada una de ellas por un Diputado. La ley distribuirá el número total de Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo los demás en proporción a la población.

De acuerdo con esta base normativa el sistema electoral español, está diseñado para favorecer la creación de mayorías que puedan soportar gobiernos estables. Esto se debe a la combinación de circunscripciones pequeñas con un sistema de reparto de escaños poco proporcional, que permite obtener la mayoría absoluta con poco más de un 35% de votos en la circunscripción y una diferencia de unos puntos porcentuales con el segundo.

Históricamente y en su momento pudo parecer una opción, más segura, para proteger la estabilidad política durante la transición. Pero observando la distribución de los escaños en las últimas elecciones podemos cuestionarnos la democracia real que existe cuando la tercera fuerza más votada a nivel del estado español Izquierda Unida, tiene con 963.040 votantes dos diputados igual que Coalición Canaria con 164.255, lo que en una proporción matemática directa nos dice que el voto del español votante de Coalición Canaria  vale 5,86 veces más que el voto del español que vota a IU. ¿Esto es democracia?


El tamaño de la circunscripción es lo que importa y delimita esta situación de injusticia representativa.

El PSOE y el PP engañan deliberadamente a sus electores con sus promesas electorales, incumpliendo, unos y otros, cuando llegan al poder y no acometen la reforma.

Esta es la principal carencia democrática del estado español -junto con la regulación propia de la corona, sucesión y necesidad de la institución - que ha estado latente y tapada. Los indignados han puesto de manifiesto y trabajan para modificar la ley electoral. La cuestión es que el problema sólo se puede solucionar con una reforma constitucional o una revolución.